Muy alarmante la situación climática: irresponsabilidad extrema de quienes más deberían actuar frente al desastre climático
Texto de Miguel Valencia Mulkay
En
febrero pasado se registraron otra vez altas temperaturas históricas en
muchos lugares del mundo, como en Europa, entre 6° y 12° C. arriba de
la media habitual; Inglaterra 21.2° C. Escocia 18.5° C., Durango 34.8°
C. Torreón 39.3° C. Cd. de México 30.2°C; a nivel mundial 0.5° C, por
arriba del promedio. La década 2014-2023 será la más cálida en 150 años
de registros de temperaturas. Los meteorólogos británicos pronostican
temperaturas aún más altas para los próximos años.
Casi
cada año se producen en el mundo temperaturas récord y eventos
climáticos nunca vistos: bajas temperaturas, nevadas, tornados,
incendios forestales, olas de calor, inundaciones, tormentas, ciclones,
huracanes. Los principales científicos del mundo nos advierten que sólo
tenemos hasta el 2030, para hacer los cambios necesarios, para que no se
salga de madre el clima de la Tierra y se desencadene un radical
aumento de la temperatura que destruya la mayor parte de la vida y desde
luego, la humanidad entera. Muy alarmante la situación climática.
Cada
año aumentan las muertes, las enfermedades, las migraciones, los daños
en los mares, los glaciares, los bosques, las, selvas, los ríos, los
humedales, la biodiversidad y los daños económicos producidos por el
desastre climático que han fabricado Wall Street y los gobiernos de
Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Francia, China, Rusia, Japón,
Italia, Canadá, España, Australia, India, Pakistán, Israel, Arabia
Saudita, Nueva Zelanda, Brasil, Turquía, Sudáfrica y México.
El
gobierno de Trump y los países del G-20 hacen todo lo posible por
negar, ocultar o minimizar la terrible amenaza climática que enfrenta la
humanidad desde hace ya muchas dècadas. Muy disciplinados, los grandes
organismos internacionales (ONU, OCDE, FMI, BM), los banqueros y las
transnacionales, así como las organizaciones patronales y empresariales,
las universidades, las organizaciones científicas, culturales y
profesionales del mundo, sin mayor protesta se alinean con las actitudes
del gobierno de Trump en este tema. El negacionismo climático avanza en
este desquiciado mundo.
Únicamente
jóvenes, artistas, luchadores indígenas y campesinos, científicos,
ecologistas, ministros de iglesias, individualmente o en grupo,
organizan en el mundo acciones directas, para alertar sobre la gravedad
extrema de la situación climática. Solamente la Vía Campesina, ciertas
organizaciones indígenas, organizaciones
sociales de ciertas localidades, realizan acciones relevantes contra las improductivas
cumbres del clima, las COP de la ONU.
A
pesar del escandaloso aumento de metano en la atmósfera desde 2007, las
grandes petroleras, EXXON, Chevron y otras, elevan radicalmente sus
inversiones en la extracción de gas y petróleo shale,
extraído por medio fracking- una técnica que libera grandes cantidades
de metano-, destruyendo rápidamente la posibilidad de cumplir con los
acuerdos de París sobre el clima. Con la oposición total de los
municipios donde se realizan (gran parte del país), los gobiernos de la
mayor parte de los países poderosos, imponen las extracciones de gas y
petróleo, por medio del fracking, con apoyo en legislaciones espurias.
China desarrolla una gran expansión del fracking.
En las escuelas se enseña a ser productivo en el sentido económico y a
ser un consumidor disciplinado; se enseña a buscar el crecimiento
material, como sustento de la “felicidad” (constitución de USA), a tener
ambiciones económicas ilimitadas: la religión de la economía; se enseña
el servilismo voluntario (conformismo) y el culto a la ciencia y la
tecnología, para conseguir los objetivos materiales de cada quien. En
las universidades se promueven los fraudes climáticos gubernamentales,
como el “desarrollo sustentable”, la “economía circular o verde”, el
“crecimiento verde” y no se hacen investigaciones sobre el impacto
climático y ambiental del transporte y la agroindustria.
En México, la legislación sobre cambio climático, creada hace varios
años, sólo favorece las acciones que simulan la reducción del consumo de
combustibles fósiles (las falsas soluciones de las cumbres del clima:
mercados de carbono, REDD+, off sets, biocombustibles, renovables,
secuestro de carbono, geoingenierìa) y los grandes negocios con este
tema que sólo sirven para aumentar los daños del clima. Por otra parte,
la “reforma energética” sienta las bases para transitar hacia la
extracción del “gas y petróleo extremo o no convencional”- shale- lutitas – aguas profundas que multiplica al menos diez veces la devastación climática.
Sabemos que la quema de gas, gasolina, carbón o queroseno, el fracking, uso de agrotóxicos y la
producción de electricidad, plásticos y carnes rojas son causas
principales de la emergencia del desastre climático; hay un consenso
virtualmente universal de los científicos que confirma esta relación.
Sabemos que los autos, los aviones, los trenes de alta velocidad, los
tráileres y los cargueros, así como el consumo de electricidad,
plásticos y carnes rojas son los principales enemigos del clima. Es necesario cambiar los modos de vida contrarios al clima y a la ecología, es decir, cambiar el sistema político y económico para salvar al planeta.
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